La semana pasada, la cuenta oficial de Noticias en Código, «destapó» a los que pudieran estar interesados en contender por la alcaldía de Escuinapa en 2027, haciendo eco en el «pistoletazo» que dio Luisa María Alcalde, dirigente nacional de MORENA, al dejar claro que las encuestas serían el medio por el cual se elegiría al candidato «oficialista» que buscaría la gubernatura. Pero nuestro municipio se pinta solo en las elecciones y hoy hablaremos de eso…
Escuinapa, el municipio que se erige como puerta de entrada al sur de Sinaloa, es mucho más que sus famosos tamales de camarón y su tradición. En términos políticos, es un verdadero laboratorio de alternancia. Analizar los resultados de las últimas cinco elecciones a la alcaldía es entender por qué ningún partido puede darse el lujo de dormirse en sus laureles.
El Desvanecimiento de la Hegemonía
Si bien es difícil analizar el dato exacto de cada casilla, la tendencia histórica reciente nos cuenta la historia de un municipio que se cansó de las hegemonías.
Hace no muchos años, la contienda se centraba casi exclusivamente en la rivalidad entre el PRI y el PAN (o sus alianzas). Ambos partidos se turnaban el poder, ofreciendo a los ciudadanos una alternancia limitada. Cuando el PRI ganaba, lo hacía con la fuerza de su estructura, y cuando el PAN lo hacía, capitalizaba el descontento de las administraciones salientes.
Sin embargo, ese esquema binario ha sido pulverizado.
El «Efecto Tsunami» y la Nueva Alternancia
El punto de inflexión llegó, como en muchos municipios del país, con la irrupción de Morena en las elecciones recientes. Este fenómeno no solo le arrebató la alcaldía a las fuerzas tradicionales, sino que reconfiguró el mapa político de Escuinapa, convirtiéndolo en un campo de batalla de tres o cuatro frentes competitivos.
- 2018 y 2021: En estos procesos, el municipio vivió el llamado «efecto tsunami» de Morena. El partido guinda demostró que la lealtad partidista histórica había sido reemplazada por un voto de castigo y una búsqueda de cambio radical. Lograron capitalizar el hartazgo local y el arrastre de la ola federal.
- La volatilidad del poder: El verdadero mensaje de las urnas en Escuinapa es la falta de consolidación. La alcaldía no se ha convertido en un bastión de Morena o de cualquier otra fuerza. La ciudadanía está demostrando que otorga el voto, pero también lo retira con la misma facilidad. Quien gana hoy, no tiene garantizado el triunfo de mañana.
La Lección de las Últimas Elecciones
Las últimas contiendas en Escuinapa demuestran varias cosas importantes para cualquier aspirante:
- El Candidato Importa Más que el Partido: En un entorno de alta volatilidad, la persona que encabeza la planilla y su conexión con las necesidades del campo y la cabecera municipal, pesan más que la ideología partidista.
- No Hay Voto Cautivo: A diferencia de otros municipios de Sinaloa, aquí no existe una base electoral que asegure el triunfo. La gente vota por gestión y resultados inmediatos, no por historia.
- La Fragmentación es la Regla: La presencia de fuerzas locales como el Partido Sinaloense (PAS), sumada a los bloques nacionales (Morena vs. Oposición), obliga a los contendientes a construir coaliciones amplias o a ganar por márgenes muy estrechos, fragmentando la votación.
A Título Personal, Escuinapa es un termómetro preciso de la democracia. El municipio le ha enviado un mensaje contundente a toda la clase política: ningún partido político es dueño del poder. La llave de la alcaldía rota de mano en mano, y el próximo ganador será aquel que logre interpretar el sentir de la alternancia de sus votantes, más que la fuerza de su aparato partidista.

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