La Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Escuinapa no necesita un análisis de su situación; necesita una cirugía de emergencia. La realidad es conocida, ingresos insuficientes, dificultades constantes para cubrir gastos operativos mínimos, pagos de nómina y energía eléctrica, y un arrastre histórico de déficit que la mantiene al borde del colapso financiero. Como se ha documentado, los ingresos diarios por cobro a usuarios apenas alcanzan para subsistir, si es que lo hacen.
En este panorama de números rojos, la figura del Consejo Consultivo de la JUMAPAE, con frecuencia vista solo como un adorno burocrático, debe transformarse en el verdadero contrapeso técnico y ciudadano que impulse la junta hacia la rentabilidad.
De Vigilancia a Dirección Estratégica: El Mandato del Consejo
El Consejo Consultivo en cualquier organismo operador de agua en México tiene un mandato claro, el de ser el órgano de asesoría, vigilancia y validación que garantice la buena gobernanza. Su importancia radica en alejar las decisiones clave de la inmediatez política y someterlas a una lógica empresarial y técnica.
En Escuinapa, el Consejo debe ir más allá de solo validar actas y concentrarse en cuatro pilares cruciales para la transformación de la JUMAPAE:
- Vigilancia Financiera Rigurosa: Su función primaria debe ser revisar con lupa los presupuestos de ingresos y egresos. No solo aprobarlos, sino cuestionar el gasto excesivo y exigir auditorías recurrentes (como las que ya han detectado desfalcos e irregularidades en el pasado). Debe asegurar que cada peso recaudado se utilice para la operación y no para gastos suntuarios.
- Transparencia en la Tarifa: Ante la insolvencia de la paramunicipal, la discusión sobre tarifas es inevitable. El Consejo, integrado por voces de la sociedad civil, es quien debe analizar y legitimar cualquier ajuste tarifario. Esto elimina la carga política para la administración y garantiza que la nueva tarifa, aunque impopular, sea técnica y financieramente necesaria para alcanzar la sostenibilidad.
- Combate a la Ineficiencia: La falta de ingreso se debe al bajo pago de usuarios, sí, pero también (así se ve) a las fugas y a la ineficiencia operativa. El Consejo debe exigir e impulsar un Plan de Cobranza y Modernización de infraestructura, utilizando su peso para gestionar apoyos federales o estatales que permitan a la JUMAPAE dejar de tirar el agua y maximizar su recaudación.
- Despolitización de la Gestión: Si la JUMAPAE continúa operando con una visión de dependencia gubernamental y malas prácticas administrativas, jamás será redituable. El Consejo debe asegurar que la gerencia y las áreas clave sean ocupadas por perfiles técnicos que sepan administrar una empresa de servicios, no una oficina de gobierno.
La Única Vía para la Rentabilidad
El problema financiero de la JUMAPAE, con la necesidad de subsidios y apoyos extraordinarios incluso para pagar nóminas y aguinaldos, es un círculo vicioso de mal servicio-mal pago.
La única forma de romperlo es forzando a la JUMAPAE a operar como una empresa de servicios públicos. Y el único organismo que puede imponer esa visión es un Consejo Consultivo fuerte, autónomo y con un compromiso real. Si sus integrantes se limitan a ser comparsa de la administración en turno, la JUMAPAE seguirá siendo una carga fiscal para Escuinapa y un dolor de cabeza para sus usuarios.
Es momento de que la sociedad civil organizada y la ciudadanía exijan la activación real y la profesionalización de este Consejo. De su liderazgo y su rigor depende si la JUMAPAE finalmente puede componer su accionar y convertirse en una entidad autosuficiente y eficiente, garantizando el derecho humano al agua para todos los escuinapenses.
¿Está el Consejo Consultivo de la JUMAPAE listo para asumir su rol histórico o seguirá siendo un invitado de piedra en la crisis del agua en Escuinapa?
Todo es a Título Personal…




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